El conflicto en la Universidad
Católica
Por: Julio Mendoza García
Es por todos conocido el conflicto abierto que se ha desatado entre la Pontificia Universidad Católica del Perú y el Cardenal Cipriani.
Por: Julio Mendoza García
Es por todos conocido el conflicto abierto que se ha desatado entre la Pontificia Universidad Católica del Perú y el Cardenal Cipriani.
No me entrometeré en las cuestiones legales ni de doctrina religiosa.
Quiero sí comentar apreciaciones
sobre la Universidad Católica en temas que corresponden a la vida
universitaria.
El
hecho de ser una Universidad Privada que se financia fundamentalmente con las
pensiones de sus estudiantes ya pone una limitación al acceso del pueblo a ella.
Sus estudiantes son de clase media, principalmente de las capas altas de la
pequeñaburguesía o de la burguesía media.
Sin embargo, está claro que no
es el afán de lucro, sacrosanto "principio" de la educación neoliberal
consagrada en el D.Leg. 882 del fujimontesinismo, el que anima a la Católica en
su concepción y práctica educativa universitaria. Más aún, fue una de las
primeras en pronunciarse en contra de ese Decreto Legislativo nefasto.
Precisamente por que ella no se mueve por el afán de lucro, pese a ser privada.
Esa actitud de principios es digna de reconocerse.
Nadie podría poner en duda el
prestigio académico de la Universidad Católica del Perú. Por cursos seguidos en
su seno, libros leídos de su producción y por excelentes maestros y amigos que
tengo en ella, quién no, siempre he mirado con aprecio el quehacer académico de
esa casa de estudios.
No
cabe duda que la Universidad Católica ha desarrollado niveles apreciables de
pertinencia con las necesidades de desarrollo de nuestro país. Sus egresados,
cuadros profesionales y académicos, participan activa y protagónicamente en la
vida política, económica y cultural de nuestro país. Y generalmente desde la
capacidad, la eficiencia y la identificación con nuestro pueblo y nuestra
patria.
Tiene, como institución, una
gestión democrática notable, de acuerdo a la Ley Universitaria. Pero más allá de
las formalidades legales, lo importante de su impronta democrática es que, sin
renunciar a su orientación religiosa católica, mantiene en su interior,
tolerancia y pluralidad ideológica, política, cultural, religiosa y de
conciencia.
Esa gestión académica y
democrática es complementada por una gestión básicamente transparente, honesta y
eficiente en lo que corresponde al manejo administrativo y económico.Que yo
conozca o recuerde, nunca ha estado envuelta en escándalos de corrupción. Ni ha
producido autoridades que quieran apropiarse de ella o que hayan hecho malos
manejos con sus fondos y/o bienes. Debe ser por la formación ética que da a sus
estudiantes, docentes y trabajadores. No como algunos
otros.
El
sacerdote jesuita Felipe Mac Gregor fue Rector durante el apogeo de la izquierda
marxista en la Universidad Católica y seguro que tuvo conflicto con los
estudiantes radicalizados, por ejemplo de Vanguardia Revolucionaria que existía
entonces, pero, que tengamos conocimiento, nunca recurrió a la represión, ni
tampoco a la concesión gratuita perversa. Lo que sobresalió, para admirarlo, fue
su vocación de diálogo para lo cual lo respaldaba su calidad humana, académica y
moral.
El
sacerdote dominico Gustavo Gutiérrez, profesor de Teología Dogmática y de
ciencias sociales, es otro de los prominentes docentes que ha tenido (y dado a
la sociedad) la Universidad Católica. Recordemos que es el sistematizador
teórico de la Teología de la Liberación, impulsor y orientador de la opción
preferente por lo pobres como práctica cristiana. Y claro, alguna vez confesó
que llegó a usar el método marxista en las ciencias sociales, sin renunciar a su
cosmovisión y doctrina de fe católica. Firme en sus principios doctrinarios,
cuánto más desarrollado en sus conocimientos de teología y de ciencias sociales,
más convencido está de trabajar por la opción de los pobres. Desde su punto de
vista la Teología de la Liberación es la expresión de la vivencia de la
inteligencia de la fe cristiana de los pobres. Su pensamiento avanzado mantiene
influencia pese a que ha sido objeto de ostracismo por la Iglesia Católica
Oficial.
Y
así, podríamos hacer una reseña extensa de ilustres maestros y egresados, muchos
de ellos prominentes líderes políticos de izquierda. Y no debemos olvidar que el
movimiento estudiantil de la Universidad Católica es la que está a la vanguardia
de la organización estudiantil de las universidades
privadas.
También, como de toda
universidad tolerante, han egresado de La Católica personajes como Martha Chávez
Cossío de Ocampo o Francisco Antonio Gregorio Tudela Van Breugel-Douglas,
fujimoristas ambos y del más rancio pensamiento conservador en nuestro país.
También Lourdes Flores Nano estudió en la Católica. Sólo por mencionar a algunos
de los derechistas egresados de sus aulas.
¿Por qué entonces el conflicto
desatado por el Cardenal Cipriani? Podría ser por el interés (denunciado) de
apropiarse de los bienes y la economía de esa pujante universidad. Pero más
importante que eso es la intención ideológica, política y educativa del
Eminentísimo y Reverendísimo Señor Juan Luis Cardenal de la Santa Romana Iglesia
Cipriani Thorne. Quien es, entre la jerarquía eclesiástica del Perú, la cabeza
visible del Opus Dei, la secta más retrógrada de la Iglesia Católica, que
surgiera para justificar "moral y religiosamente" a la cruel dictadura fascista
de Francisco Franco en España que a su vez la cobijó, protegió y
promovió.
El
Cardenal Cripriani está plenamente identificado con la dictadura y la corrupción
fujimontesinista, es el asesor espiritual del neoliberalismo y la derecha en el
Perú. No ocultó sus simpatías por la restauración del régimen dictatorial y
corrupto del fujimorismo. Es el mismo fascista para quien "los derechos humanos
son una cojudez" y quien se "granputeaba" y "conchamadreaba" con los militares
en charlas internas que para el ejercito organizaba
Montesinos.
El
Opus Dei, la ultraderecha, los fascistas, Cipriani, no ven con buenos ojos una
universidad católica tolerante, democrática que, sin perder su identidad
cristiana, acoge en su seno a estudiantes y docentes de otras religiones e
ideologías (como debe ser en una universidad). Quieren una universidad
confesional, donde los estudiantes y docentes estudien y/o enseñen controlados
por el dogma de la fe y no orientados por la racionalidad de la ciencia.
Quisieran aplastar a sangre, excomuniones y represión todo pensamiento, toda
opinión, toda expresión académica, científica y cultural que colisione con el
pensamiento del Opus Dei. Y para ese efecto la PUCP es un bocadito de
cardenal.
Asistimos pues a una
contradicción en la que confrontan el espíritu universitario, democrático,
científico, humanista y progresista de las autoridades y la Asamblea
Universitaria de la PUCP con el respaldo abrumador de su comunidad
universitaria, versus el oscurantismo, autoritarismo, una visión confesional de
la universidad del Cardenal Cipriani, el Opus Dei y la fuerzas del fascismo y el
neoliberalismo duro.
Sin duda, si tuviéramos que
decir o hacer algo sería a favor de lo primero. Por eso apoyamos a las fuerzas
del progreso, la democracia, la ciencia y la legalidad peruanas que defienden
una PUCP con esas características. Nuestro apoyo a sus autoridades y su Asamblea
Universitaria en defensa de su autonomía, la democracia e institucionalidad de
acuerdo a las leyes peruanas.
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