viernes, 30 de setiembre de 2011

83 ANIVERSARIO DEL P.C. del P. Patria Roja



 

Partido Comunista del Perú PATRIA ROJA

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III PLENO EXTRAORDINARIO DEL COMITÉ CENTRAL

El Partido debe persistir, invariablemente, en la política del Nuevo Curso. El apoyo al gobierno de Ollanta Humala, en las condiciones señaladas y dentro de los límites fijados, no debe implicar, de ninguna manera, renunciar o debilitar los 4 pilares del Nuevo Curso, incluyendo la lucha por una nueva Constitución. Cambiarán las formas y los procedimientos, si ello es necesario, pero no el objetivo.

El blanco de lucha seguirá siendo, por un largo tiempo, el neoliberalismo. Sin una batalla frontal y en todos campos, no podrá ser derrotado ni se crearán las condiciones para su sustitución por la política del Nuevo Curso, que, sin ser el socialismo, abre las puertas para refundar la república, iniciar el verdadero desarrollo de la nación y promover la justicia social.

Contrariamente a lo que muchos suponen, la batalla contra el neoliberalismo, nueva manera de neo-colonización del país, no se restringe al ámbito económico. Es una batalla en todos los campos: ideológica, política, social, ética, cultural. La instalación de un gobierno democrático y progresista no significa que esta batalla esté ganada; en el mejor de los casos será una avanzada, sujeta a intensa presión de parte del gran capital y las transnacionales. Son los comunistas, siempre que persistan en sus principios y en el proyecto socialista, quienes nos encontramos mejor armados para dar este combate, sin el cual todo lo demás será efímero.

La victoria electoral que permite la instalación de un gobierno que promete cambios, contó con el apoyo decidido del Partido en la segunda vuelta. Este apoyo debe mantenerse una vez instalado el gobierno de Ollanta Humala. Pero no será un apoyo ciego ni incondicional, tanto más producido el adelgazamiento de su plan de gobierno inicial, sino un apoyo con independencia, con iniciativa, con propuestas, vigilante, entendiendo que es un gobierno obligado a cumplir compromisos mínimos con el electorado, pero también fuertemente presionado y condicionados por el poder fáctico y sus representantes políticos y mediáticos.

Para que el gobierno de Ollanta Humala avance más allá de la fórmula “crecimiento con inclusión social” y siente bases para iniciar el cambio de rumbo que el Perú necesita transitar, le es indispensable contar con un fuerte respaldo social, con la unidad popular y progresista más amplia que impida su aislamiento, con estabilidad política, pero además con la voluntad y la determinación del liderazgo presidencial. La política de concesiones tiene un límite, más allá dela cual se abre paso la capitulación, que es lo que la derecha buscará conseguir.

La unidad no significa sujeción, sino convergencia voluntaria sobre puntos de vista y acción comunes. Esto es lo que no está claro, por decir lo menos, en el Partido Nacionalista Peruano. Al parecer, concluida la participación electoral, Gana Perú habría cumplido su ciclo. De ser así, lo probable es que tengamos un gobierno que exija respaldo sin participación en las decisiones. Punto de vista que no compartimos, tanto más cuando no somos integrantes de Gana Perú ni tenemos una alianza pactada con PNP. Siendo así las cosas el apoyo que le prestará el Partido al gobierno de Ollanta Humala se hará en función del cumplimiento de sus compromisos mínimos con el pueblo, de la defensa de la soberanía nacional, la preservación de espacios democráticos y la lucha frontal contra la corrupción.

Entendemos el valor del tiempo como de la oportunidad. Estos dos factores son de fundamental importancia entender y aprovecharlos. En el primer caso, para acelerar la recuperación, organización y potenciamiento del movimiento de masas: sindical, étnico, cultural, campesino, juvenil, de género, y en especial los frentes regionales. En el segundo, para desarrollar nuestras fuerzas como Partido, Juventud Comunista, y como Nueva Izquierda, ampliando su radio de influencia, el contingente y la calidad de su militancia. Tarea que incluye los frentes electorales regionales y locales en los que tenemos participación. En estas dos tareas debemos concentrar lo mejor de nuestros esfuerzos, recursos e iniciativas, sin pérdida de tiempo.

Bajo ninguna circunstancia debemos perder de vista la estrategia de las tres acumulaciones, la construcción del partido revolucionario de masas, la lucha por la unidad de las izquierdas, la relación cada vez más estrecha con las masas populares.

Para tales efectos necesitamos poner en juego importantes ejes tácticos del accionar partidario:

a) evitar confrontar con los aliados o ser un factor de inestabilidad;

b) respaldo a las medidas de claro sentido popular;

c) desenmascarar el modelo de economía y el Estado neoliberal, corrupto y clientelista del fujimorismo y del APRA;

d) insertarnos en el proceso de reformas y democratización; e) vigilancia de la acción del gobierno;

e) responder con firmeza a toda forma de ofensiva de la derecha;

f) contar con políticas concretas de frente único, partiendo de la premisa de priorizar la unidad y superar las diferencias en el tiempo;

g) colaborar con el gobierno sin renunciar ni debilitar la política de independencia, iniciativa y proposición que asume el Partido.

CONSERVAR SIEMPRE EL RUMBO

A la luz de los hechos se manifiesta, con más claridad, la justeza de las políticas del Partido, la necesidad de acelerar los pasos conducentes a la construcción del partido revolucionario de masas, la batalla por la unidad de las izquierdas, el nacionalismo y el progresismo, la atención que requiere la consigna ¡prepararse para gobernar! y la tarea de abordar con audacia los problemas de dirección y cuadros. El Partido no debe cometer el error de dejarse atrapar por las exigencias de los aparatos de gobierno descuidando su propia construcción y su labor de cara a las masas trabajadoras y populares. Ni perder de vista la enorme importancia que hoy adquiere la lucha de ideas, la difusión de sus fundamentos teóricos, la defensa y esclarecimiento de su programa.

Partiendo de lo alcanzado, actuando con madurez, construyendo paso a paso pero con firmeza la correlación de fuerzas política, social y electoral necesarias, dando la batalla a la derecha en todos los campos, disputando la hegemonía para las fuerzas del cambio en el seno de las masas, construyendo en ese proceso un fuerte partido comunista y una corriente de izquierda unitaria con visión estratégica, estamos seguros que sabremos defender lo alcanzado y avanzar superando dificultades, acaso incomprensiones.

El Plan quinquenal que aprobaremos pronto permitirá al Partido ordenar sus fuerzas, potenciar sus recursos, forjar los cuadros necesarios, en calidad y en cantidad, en condiciones de permitirle enfrentar con éxitos los nuevos retos, y afianzar sus vínculos de acero con las masas trabajadoras, con la intelectualidad, la mujer, la juventud, las etnias. Permitirá también estar en mejores condiciones de apoyar al gobierno progresista que se instalará el 28 de julio, al mismo tiempo que priorizamos la atención del Partido en el desarrollo de sus fuerzas directas e indirectas, de modo que al final del mismo tengamos un partido revolucionario de masas con capacidad de incidir en el proceso político y social, de obligar a la gran unidad para el gran cambio, con fuerte posicionamiento sindical, cultural, en los gobiernos regionales y locales, de modo que se avance en la profundización del proceso progresista y democrático en curso.

jueves, 29 de setiembre de 2011

Fidel Castro: “Muchas cosas cambiarán en Cuba, pero quizá EE.UU se derrumbe antes”



Fidel Castro asegura un derrumbe de EE.UU. antes
Fidel Castro asegura un derrumbe de EE.UU. antes



El ex presidente cubano Fidel Castro afirma en un nuevo artículo divulgado hoy que "muchas cosas cambiarán en Cuba" pero será "a pesar de Estados Unidos", y añade que quizá antes se derrumbe ese "imperio".

"Muchas cosas cambiarán en Cuba, pero cambiarán por nuestro esfuerzo y a pesar de Estados Unidos. Tal vez antes se derrumbe ese imperio", escribe Fidel Castro en respuesta al presidente estadounidense, Barack Obama, quien ayer afirmó que "es el momento de que suceda algo en Cuba" ahora que en países como los de Oriente Medio surgen movimientos hacia la democratización.

Según Obama, EE.UU no ha visto de momento "el tipo de genuino espíritu de transformación dentro de Cuba" que justificaría la eliminación del embargo, y añadió que "si el Gobierno cubano adopta medidas hacia la democracia y el respeto de los derechos humanos" su Gobierno está abierto a una "nueva relación".

"¡Qué simpático! ¡Qué inteligente! Tanta bondad no le ha permitido comprender todavía que 50 años de bloqueo y de crímenes contra nuestra Patria no han podido doblegar a nuestro pueblo", ironiza al respecto Fidel Castro en la última de sus "Reflexiones" titulada "La vergüenza supervisada de Obama". (Con informacion de EFE)

martes, 27 de setiembre de 2011

III Pleno Extraordinario del Comité Central del PC del P Patria Roja

El Partido debe persistir, invariablemente, en la política del Nuevo Curso. El apoyo al gobierno de Ollanta Humala, en las condiciones señaladas y dentro de los límites fijados, no debe implicar, de ninguna manera, renunciar o debilitar los 4 pilares del Nuevo Curso, incluyendo la lucha por una nueva Constitución. Cambiarán las formas y los procedimientos, si ello es necesario, pero no el objetivo.


El blanco de lucha seguirá siendo, por un largo tiempo, el neoliberalismo. Sin una batalla frontal y en todos campos, no podrá ser derrotado ni se crearán las condiciones para su sustitución por la política del Nuevo Curso, que, sin ser el socialismo, abre las puertas para refundar la república, iniciar el verdadero desarrollo de la nación y promover la justicia social.

Contrariamente a lo que muchos suponen, la batalla contra el neoliberalismo, nueva manera de neo-colonización del país, no se restringe al ámbito económico. Es una batalla en todos los campos: ideológica, política, social, ética, cultural. La instalación de un gobierno democrático y progresista no significa que esta batalla esté ganada; en el mejor de los casos será una avanzada, sujeta a intensa presión de parte del gran capital y las transnacionales. Son los comunistas, siempre que persistan en sus principios y en el proyecto socialista, quienes nos encontramos mejor armados para dar este combate, sin el cual todo lo demás será efímero.

La victoria electoral que permite la instalación de un gobierno que promete cambios, contó con el apoyo decidido del Partido en la segunda vuelta. Este apoyo debe mantenerse una vez instalado el gobierno de Ollanta Humala. Pero no será un apoyo ciego ni incondicional, tanto más producido el adelgazamiento de su plan de gobierno inicial, sino un apoyo con independencia, con iniciativa, con propuestas, vigilante, entendiendo que es un gobierno obligado a cumplir compromisos mínimos con el electorado, pero también fuertemente presionado y condicionados por el poder fáctico y sus representantes políticos y mediáticos.

Para que el gobierno de Ollanta Humala avance más allá de la fórmula “crecimiento con inclusión social” y siente bases para iniciar el cambio de rumbo que el Perú necesita transitar, le es indispensable contar con un fuerte respaldo social, con la unidad popular y progresista más amplia que impida su aislamiento, con estabilidad política, pero además con la voluntad y la determinación del liderazgo presidencial. La política de concesiones tiene un límite, más allá dela cual se abre paso la capitulación, que es lo que la derecha buscará conseguir.

La unidad no significa sujeción, sino convergencia voluntaria sobre puntos de vista y acción comunes. Esto es lo que no está claro, por decir lo menos, en el Partido Nacionalista Peruano. Al parecer, concluida la participación electoral, Gana Perú habría cumplido su ciclo. De ser así, lo probable es que tengamos un gobierno que exija respaldo sin participación en las decisiones. Punto de vista que no compartimos, tanto más cuando no somos integrantes de Gana Perú ni tenemos una alianza pactada con PNP. Siendo así las cosas el apoyo que le prestará el Partido al gobierno de Ollanta Humala se hará en función del cumplimiento de sus compromisos mínimos con el pueblo, de la defensa de la soberanía nacional, la preservación de espacios democráticos y la lucha frontal contra la corrupción.

Entendemos el valor del tiempo como de la oportunidad. Estos dos factores son de fundamental importancia entender y aprovecharlos. En el primer caso, para acelerar la recuperación, organización y potenciamiento del movimiento de masas: sindical, étnico, cultural, campesino, juvenil, de género, y en especial los frentes regionales. En el segundo, para desarrollar nuestras fuerzas como Partido, Juventud Comunista, y como Nueva Izquierda, ampliando su radio de influencia, el contingente y la calidad de su militancia. Tarea que incluye los frentes electorales regionales y locales en los que tenemos participación. En estas dos tareas debemos concentrar lo mejor de nuestros esfuerzos, recursos e iniciativas, sin pérdida de tiempo.

Bajo ninguna circunstancia debemos perder de vista la estrategia de las tres acumulaciones, la construcción del partido revolucionario de masas, la lucha por la unidad de las izquierdas, la relación cada vez más estrecha con las masas populares.

Para tales efectos necesitamos poner en juego importantes ejes tácticos del accionar partidario:

a) evitar confrontar con los aliados o ser un factor de inestabilidad;

b) respaldo a las medidas de claro sentido popular;

c) desenmascarar el modelo de economía y el Estado neoliberal, corrupto y clientelista del fujimorismo y del APRA;

d) insertarnos en el proceso de reformas y democratización; e) vigilancia de la acción del gobierno;

e) responder con firmeza a toda forma de ofensiva de la derecha;

f) contar con políticas concretas de frente único, partiendo de la premisa de priorizar la unidad y superar las diferencias en el tiempo;

g) colaborar con el gobierno sin renunciar ni debilitar la política de independencia, iniciativa y proposición que asume el Partido.

CONSERVAR SIEMPRE EL RUMBO

A la luz de los hechos se manifiesta, con más claridad, la justeza de las políticas del Partido, la necesidad de acelerar los pasos conducentes a la construcción del partido revolucionario de masas, la batalla por la unidad de las izquierdas, el nacionalismo y el progresismo, la atención que requiere la consigna ¡prepararse para gobernar! y la tarea de abordar con audacia los problemas de dirección y cuadros. El Partido no debe cometer el error de dejarse atrapar por las exigencias de los aparatos de gobierno descuidando su propia construcción y su labor de cara a las masas trabajadoras y populares. Ni perder de vista la enorme importancia que hoy adquiere la lucha de ideas, la difusión de sus fundamentos teóricos, la defensa y esclarecimiento de su programa.

Partiendo de lo alcanzado, actuando con madurez, construyendo paso a paso pero con firmeza la correlación de fuerzas política, social y electoral necesarias, dando la batalla a la derecha en todos los campos, disputando la hegemonía para las fuerzas del cambio en el seno de las masas, construyendo en ese proceso un fuerte partido comunista y una corriente de izquierda unitaria con visión estratégica, estamos seguros que sabremos defender lo alcanzado y avanzar superando dificultades, acaso incomprensiones.

El Plan quinquenal que aprobaremos pronto permitirá al Partido ordenar sus fuerzas, potenciar sus recursos, forjar los cuadros necesarios, en calidad y en cantidad, en condiciones de permitirle enfrentar con éxitos los nuevos retos, y afianzar sus vínculos de acero con las masas trabajadoras, con la intelectualidad, la mujer, la juventud, las etnias. Permitirá también estar en mejores condiciones de apoyar al gobierno progresista que se instalará el 28 de julio, al mismo tiempo que priorizamos la atención del Partido en el desarrollo de sus fuerzas directas e indirectas, de modo que al final del mismo tengamos un partido revolucionario de masas con capacidad de incidir en el proceso político y social, de obligar a la gran unidad para el gran cambio, con fuerte posicionamiento sindical, cultural, en los gobiernos regionales y locales, de modo que se avance en la profundización del proceso progresista y democrático en curso.

viernes, 23 de setiembre de 2011

Partido Comunista del Perú PATRIA ROJA

1° de Mayo DIA INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES, en Paris, un contingente de Nuestra America siempre esta presente, cada vez mas numeros, los sindicatos, las ascoiaciones y logicamente los partidos, entre ellos el Partido Comunista del Perú. Patria Roja. aun poco, pero el proximo año seremos muchos

PATRIA ROJA EN PARIS

domingo, 18 de setiembre de 2011

El conflicto en la Universidad Católica
Por: Julio Mendoza García


Es por todos conocido el conflicto abierto que se ha desatado entre la Pontificia Universidad Católica del Perú y el Cardenal Cipriani.

No me entrometeré en las cuestiones legales ni de doctrina religiosa.


Quiero sí comentar apreciaciones sobre la Universidad Católica en temas que corresponden a la vida universitaria.


El hecho de ser una Universidad Privada que se financia fundamentalmente con las pensiones de sus estudiantes ya pone una limitación al acceso del pueblo a ella. Sus estudiantes son de clase media, principalmente de las capas altas de la pequeñaburguesía o de la burguesía media.


Sin embargo, está claro que no es el afán de lucro, sacrosanto "principio" de la educación neoliberal consagrada en el D.Leg. 882 del fujimontesinismo, el que anima a la Católica en su concepción y práctica educativa universitaria. Más aún, fue una de las primeras en pronunciarse en contra de ese Decreto Legislativo nefasto. Precisamente por que ella no se mueve por el afán de lucro, pese a ser privada. Esa actitud de principios es digna de reconocerse.


Nadie podría poner en duda el prestigio académico de la Universidad Católica del Perú. Por cursos seguidos en su seno, libros leídos de su producción y por excelentes maestros y amigos que tengo en ella, quién no, siempre he mirado con aprecio el quehacer académico de esa casa de estudios.


No cabe duda que la Universidad Católica ha desarrollado niveles apreciables de pertinencia con las necesidades de desarrollo de nuestro país. Sus egresados, cuadros profesionales y académicos, participan activa y protagónicamente en la vida política, económica y cultural de nuestro país. Y generalmente desde la capacidad, la eficiencia y la identificación con nuestro pueblo y nuestra patria.


Tiene, como institución, una gestión democrática notable, de acuerdo a la Ley Universitaria. Pero más allá de las formalidades legales, lo importante de su impronta democrática es que, sin renunciar a su orientación religiosa católica, mantiene en su interior, tolerancia y pluralidad ideológica, política, cultural, religiosa y de conciencia.

Esa gestión académica y democrática es complementada por una gestión básicamente transparente, honesta y eficiente en lo que corresponde al manejo administrativo y económico.Que yo conozca o recuerde, nunca ha estado envuelta en escándalos de corrupción. Ni ha producido autoridades que quieran apropiarse de ella o que hayan hecho malos manejos con sus fondos y/o bienes. Debe ser por la formación ética que da a sus estudiantes, docentes y trabajadores. No como algunos otros.


El sacerdote jesuita Felipe Mac Gregor fue Rector durante el apogeo de la izquierda marxista en la Universidad Católica y seguro que tuvo conflicto con los estudiantes radicalizados, por ejemplo de Vanguardia Revolucionaria que existía entonces, pero, que tengamos conocimiento, nunca recurrió a la represión, ni tampoco a la concesión gratuita perversa. Lo que sobresalió, para admirarlo, fue su vocación de diálogo para lo cual lo respaldaba su calidad humana, académica y moral.


El sacerdote dominico Gustavo Gutiérrez, profesor de Teología Dogmática y de ciencias sociales, es otro de los prominentes docentes que ha tenido (y dado a la sociedad) la Universidad Católica. Recordemos que es el sistematizador teórico de la Teología de la Liberación, impulsor y orientador de la opción preferente por lo pobres como práctica cristiana. Y claro, alguna vez confesó que llegó a usar el método marxista en las ciencias sociales, sin renunciar a su cosmovisión y doctrina de fe católica. Firme en sus principios doctrinarios, cuánto más desarrollado en sus conocimientos de teología y de ciencias sociales, más convencido está de trabajar por la opción de los pobres. Desde su punto de vista la Teología de la Liberación es la expresión de la vivencia de la inteligencia de la fe cristiana de los pobres. Su pensamiento avanzado mantiene influencia pese a que ha sido objeto de ostracismo por la Iglesia Católica Oficial.


Y así, podríamos hacer una reseña extensa de ilustres maestros y egresados, muchos de ellos prominentes líderes políticos de izquierda. Y no debemos olvidar que el movimiento estudiantil de la Universidad Católica es la que está a la vanguardia de la organización estudiantil de las universidades privadas.


También, como de toda universidad tolerante, han egresado de La Católica personajes como Martha Chávez Cossío de Ocampo o Francisco Antonio Gregorio Tudela Van Breugel-Douglas, fujimoristas ambos y del más rancio pensamiento conservador en nuestro país. También Lourdes Flores Nano estudió en la Católica. Sólo por mencionar a algunos de los derechistas egresados de sus aulas.


¿Por qué entonces el conflicto desatado por el Cardenal Cipriani? Podría ser por el interés (denunciado) de apropiarse de los bienes y la economía de esa pujante universidad. Pero más importante que eso es la intención ideológica, política y educativa del Eminentísimo y Reverendísimo Señor Juan Luis Cardenal de la Santa Romana Iglesia Cipriani Thorne. Quien es, entre la jerarquía eclesiástica del Perú, la cabeza visible del Opus Dei, la secta más retrógrada de la Iglesia Católica, que surgiera para justificar "moral y religiosamente" a la cruel dictadura fascista de Francisco Franco en España que a su vez la cobijó, protegió y promovió.


El Cardenal Cripriani está plenamente identificado con la dictadura y la corrupción fujimontesinista, es el asesor espiritual del neoliberalismo y la derecha en el Perú. No ocultó sus simpatías por la restauración del régimen dictatorial y corrupto del fujimorismo. Es el mismo fascista para quien "los derechos humanos son una cojudez" y quien se "granputeaba" y "conchamadreaba" con los militares en charlas internas que para el ejercito organizaba Montesinos.


El Opus Dei, la ultraderecha, los fascistas, Cipriani, no ven con buenos ojos una universidad católica tolerante, democrática que, sin perder su identidad cristiana, acoge en su seno a estudiantes y docentes de otras religiones e ideologías (como debe ser en una universidad). Quieren una universidad confesional, donde los estudiantes y docentes estudien y/o enseñen controlados por el dogma de la fe y no orientados por la racionalidad de la ciencia. Quisieran aplastar a sangre, excomuniones y represión todo pensamiento, toda opinión, toda expresión académica, científica y cultural que colisione con el pensamiento del Opus Dei. Y para ese efecto la PUCP es un bocadito de cardenal.


Asistimos pues a una contradicción en la que confrontan el espíritu universitario, democrático, científico, humanista y progresista de las autoridades y la Asamblea Universitaria de la PUCP con el respaldo abrumador de su comunidad universitaria, versus el oscurantismo, autoritarismo, una visión confesional de la universidad del Cardenal Cipriani, el Opus Dei y la fuerzas del fascismo y el neoliberalismo duro.


Sin duda, si tuviéramos que decir o hacer algo sería a favor de lo primero. Por eso apoyamos a las fuerzas del progreso, la democracia, la ciencia y la legalidad peruanas que defienden una PUCP con esas características. Nuestro apoyo a sus autoridades y su Asamblea Universitaria en defensa de su autonomía, la democracia e institucionalidad de acuerdo a las leyes peruanas.