martes, 19 de octubre de 2010

ES HORA DE LA GRAN UNIDAD PARA EL CAMBIO DE RUMBO QUE EL PERÚ NECESITA

MENSAJE DEL COMITÉ CENTRAL POR EL
82 ANIVERDARIO DE LA FUNDACIÓN DEL PARTIDO

ES  HORA DE LA GRAN UNIDAD PARA EL CAMBIO DE RUMBO  QUE EL PERÚ NECESITA
 

 
Estimadas compañeras y compañeros:Nos sentimos contentos porque  en este 82 Aniversario de la fundación del Partido, creación del Amauta José Carlos Mariátegui, los partidos comunistas lo celebremos conjuntamente, convencidos de la necesidad de avanzar a la configuración de un solo partido de los comunistas peruanos
Vicisitudes de la historia nos separaron; la madurez que da la experiencia, el sentido histórico de nuestro compromiso con los trabajadores, el pueblo peruano, con el futuro de la patria, nos obliga a sumar fuerzas y juntar voluntades.
 Tenemos una raíz común, contamos con una base doctrinaria compartida fundada en el marxismo  y en el pensamiento y obra de Mariátegui, asumimos un mismo ideal que es el  socialismo, participamos de  una vocación profundamente democrática, patriótica, solidaria, de justicia social, un pacto inabdicable con los trabajadores y el pueblo peruanos. Existen, pues, suficientes bases para alcanzar una unidad mayor, que hoy iniciamos con la conformación de un comité de enlace y otras actividades conjuntas.

El camino de la unidad ha sido siempre  un proceso complejo y difícil. ¿Pero qué lucha por un mundo nuevo, por la justicia, por los derechos fundamentales de los seres humanos, no lo es? La enormidad de las tareas a resolver, el poderío acumulado en todos los órdenes por los adversarios del cambio social, y, sobre todo, la esperanza de millones de hombres y mujeres que aspiran a una vida digna, justa, elevada, indican, para el que sabe escuchar, que la unidad de sus fuerzas es la llave maestra que asegura la victoria.

Divididos, marchando cada cual por su propia ruta, sin un proyecto común, no es mucho lo que se alcanzará. Izquierda Unida mostró que la unidad multiplica, da confianza al pueblo, abre las puertas de la alegría y el optimismo porque se siente que trae buenas nuevas. La división, el enconamiento entre gentes de la misma orilla, por el contrario, abre las puertas de la fragmentación, de la derrota y la desesperanza, y con ella del desbande de las fuerzas populares.
No olvidemos las lecciones de la historia ni perdamos de vista las perspectivas, los riegos y amenazas que penden sobre nosotros como una espada de Damocles.

Pero no es suficiente el deseo de unidad. Hay que construirla con pasión, con optimismo, con modestia, con la certeza de que es posible porque un mundo mejor es posible.

Saludamos con entusiasmo los esfuerzos que vienen haciendo los destacamentos de la izquierda para recuperar la unidad perdida con el derrumbe de Izquierda Unida, renovando los estilos y métodos deficientes de entonces, reajustando su rumbo estratégico y sus tareas, fortaleciendo los vínculos directos con el pueblo. El encuentro de abril pasado es un paso importante que hay que continuar con mayor celeridad, por que el tiempo no perdona.
Saludamos la iniciativa de la Confluencia forjada para las elecciones municipales en la ciudad Capital, que ha dado como resultado la victoria de Susana Villarán, alcaldesa electa de Lima Metropolitana, que la derecha coaligada, incluyendo en ella al gobierno del presidente García,  trató de impedir mediante el terrorismo mediático, el miedo colectivo, la mentira y el cinismo, métodos de estirpe  reaccionaria que la desnuda, y que se obstina en desvirtuar el voto ciudadano recurriendo incluso al fraude. 

Un saludo especial a Susana Villarán, Alcaldesa electa de Lima, con el reconocimiento a su actitud firme frente a la intolerancia, a su amplitud unitaria e incluyente, porque la victoria alcanzada le debe mucho y recupera para la izquierda y el progresismo, el optimismo y la confianza en sus posibilidades. 

Saludamos el reciente pronunciamiento del Colectivo “Ciudadanos por el Cambio”, cuyas ideas compartimos, gesto que contribuye a la forja de una unidad mayor de cara a las elecciones de 2011.

Saludamos, fraternalmente, al Movimiento Nueva Izquierda, cuya dirigencia supo captar el humor ciudadano, sumar fuerzas sin condicionamientos, trabajando con honestidad y lealtad a los compromisos adquiridos.

Un saludo especial a Gregorio Santos, Presidente electo por la Región Cajamarca, a los presidentes regionales, alcaldes y concejales de izquierda, nacionalistas y progresistas electos en la jornada del 3 de Octubre.  


Compañeras, compañeros:

Más allá de dificultades, limitaciones o deficiencias ciertas, que se pueden superar si se tiene la voluntad política para ello, lo cierto es que nos encontramos frente a una oportunidad que puede ser histórica si sabemos colocarnos a la altura del reto planteado, si actuamos con sabiduría y desprendimiento, si se hace realidad un sueño que agita el corazón de millones de peruanas y peruanos: la unidad de los sectores progresistas, nacionalistas, de las izquierdas, del movimiento político, social, étnico, cultural, del torrente juvenil, en torno de un frente unido, una plataforma común, una candidatura unitaria para la presidencia de la República y el Congreso Nacional.

Si tal es la voluntad de quienes tenemos la responsabilidad de forjar esta herramienta, los caminos y los métodos para alcanzarla pueden ser fácilmente logrados.

Desde luego que es una tarea compleja, difícil, pero no imposible. Tenemos en contra la brevedad del tiempo en el que se tiene que operar. Apenas unas semanas. Es hora de actuar sin pérdida de tiempo, de mostrar las cartas con honestidad, de subordinar las aspiraciones parciales o individuales a la construcción de una alternativa y un proyecto común, en suma, de atrevernos a hacer realidad nuestros sueños.
Amplitud de miras, sentido de responsabilidad histórica, más confianza en el pueblo, voluntad de vencer, y audacia, más audacia, es lo que necesitamos. No hay lugar para el pesimismo y el derrotismo, porque una cosa es cierta: la esperanza puede vencer al miedo, la inteligencia a la fuerza bruta, la democracia de verdad a la desesperación de una derecha pronta a mostrar su rabo de paja facistoide. 

Las fuerzas de la derecha, aún coaligada, no es in vencible. Lo ha demostrado el pueblo de Lima recientemente.  De nuestra parte, comprometemos nuestra determinación y esfuerzo para conseguirlo. Aún un grano de arena es útil cuando se quiere construir un gran edificio. No somos mucho, pero aportaremos todo lo que nos es posible.

Se ha pretendido descalificarnos como ciudadanos con derecho a pensar, a levantar un programa, a diseñar un futuro para el país, a participar abiertamente en política, por nuestra condición de comunistas. No lo aceptamos ni lo aceptaremos jamás. Así como respetamos a los otros, incluyendo nuestros contrincantes extremos, el derecho a hacer política y acceder por medios democráticos al gobierno del país y a la dirección del Estado, exigimos también se nos respete, pues el capitalismo no tiene patente de corso ni es dueño de la verdad ni del destino de la patria y el pueblo peruanos.

Con mayor razón una derecha oligárquica, excluyente, promotora de dictaduras sangrientas y corruptas, del saqueo de nuestras recursos naturales, responsable de derrotas y fracasos que manchan la historia del Perú. Su historia no es ejemplo de democracia sino todo lo contrario. Ahora mismo, para sostener su modelo afianza el autoritarismo, introduce leyes orientadas a la desarticulación de las organizaciones populares, legitima la sobreexplotación del trabajo, muestra su rostro tenebroso apenas siente que le aguarda una derrota. Demuestra, una vez más, que no está dispuesta a perder sus privilegios; que es capaz de recurrir a todos los medios para preservarlos; que la democracia es para ella un discurso de salón. Pero también ha mostrado sus carencias, sus debilidades y sus miedos.

Cuánta razón le asiste a Roosevelt,  presidente norteamericano que no fue comunista ni izquierdista, cuando sostuvo en  vísperas de las elecciones de 1936:“Ahora sabemos que un gobierno en manos del capital organizado es igual de peligroso que un gobierno en manos del crimen organizado”.
Pocas palabras son suficientes para quien sabe entender.
Compañeras, compañeros:

Cambio democrático, patriótico, con justicia social, o continuismo neoliberal, sigue siendo la línea divisoria en el Perú de hoy, opuesta a la línea trazada artificial y mentirosamente por la derecha entre democracia y terrorismo.  Ella define las tareas de presente, pero también la más amplia unidad, incluyendo los sectores progresistas del empresariado nacional. 

Una victoria popular  en las elecciones de abril de 2011, es posible. Pero no será suficiente ganar las elecciones. Lo difícil será gobernar, y hacerlo con éxito. Ambas tareas suponen sumatoria de fuerzas, convergencia de voluntades, acuerdos firmes y de seguro cumplimiento, compartir responsabilidades. Ni el sectarismo mesiánico, ni la arrogancia, pero tampoco la sospecha o la desconfianza, son garantía de éxito.

Dos décadas de aplicación sistemática de un modelo de economía, que nos impusieron desde Washington como salida a la crisis de la deuda externa que asoló América Latina, en la década de los ochenta, no ha traído a la mayoría de la población la promesa de progreso y bienestar ofrecidos. En su lugar asistimos a una concentración de la riqueza como nunca antes padeció el país, a la monopolización de sectores básicos de la economía y las finanzas, continuando la vieja herencia colonial de productores de materias primas para la exportación.

El éxito que se atribuye el Presidente García, que nos machaca un día sí y otro también, es el crecimiento económico que nos acompaña desde el gobierno de Toledo, con excepción de 2009 con crecimiento cero como consecuencia de la gran crisis iniciada en Estados Unidos a fines de 2008. Crecimiento facilitado sobre todo por la expansión de la economía China, principal destino de los recursos mineros y agrarios de exportación.

Hay crecimiento pero no desarrollo, menos justicia social. Lo que tenemos es el predominio de sectores monopólicos en la economía, inversión externa orientada fundamentalmente a la privatización de las empresas del Estado  o bien a la explotación de los recursos naturales. Pero no tenemos educación y salud de calidad, tampoco ciencia y  tecnología, conocimiento e innovación,  tampoco industrialización. En tales condiciones resulta un simple absurdo hablar de modernidad. Seguimos siendo un país de pobres y pobres extremos, de trabajadores por cuenta propia o con trabajo precario, con un sector privilegiado que no excede el 20 por ciento de la población.

El centralismo económico sigue siendo uno de los grandes males que impiden construir una sociedad integrada, con igualdad de oportunidades para la gente. Subsiste en pleno siglo XXI la exclusión social y étnica. La concentración de la riqueza es el rasgo sustantivo del modelo primario exportador, por lo tanto de la polarización social.
El Estado, formalmente democrático, en realidad tiene un marcado cariz autoritario, fuertemente corrupto y ineficiente. 

El mito de la inversión extranjera encubre el hecho real de que su objetivo no es el país, su desarrollo y progreso,  sino la máxima tasa de ganancia, que ahora obtiene a raudales. No se acumula hacia adentro, sino hacia afuera. No es que la inversión extranjera sea necesariamente mala, sino de qué tipo de inversión se trata, en el marco de qué estrategia de desarrollo y qué sectores de la economía se prioriza. 

La razón de ser del capital es la ganancia no le bienestar común. El afán de lucro, de riqueza fácil, está en la base de la corrupción, que ahora se extiende a todo el organismo vivo de la sociedad . El narcotráfico, la violencia social, la inseguridad ciudadana, se nutren de las condiciones engendradas  por un modelo de economía y sociedad basado en el afán desmesurado de riqueza, el individualismo, el pragmatismo utilitario,  la ausencia de valores fundamentales que le den sentido y orden a la sociedad.

Próximos a la celebración del bicentenario de la Independencia, el Perú sigue siendo tributario, en muchos casos, de la herencia colonial y feudal que se creía terminada, donde se muestra insultante una visión conservadora, racista y aristocrática de la vida. La nación, parafraseando a Basadre, sigue siendo  una promesa incumplida.

La tarea de peruanizar al Perú sigue siendo un reto que asumirán en sus manos las nuevas generaciones. Entre tanto, “una vieja república se asfixia dos siglos después de instalada; otra se abre paso contando con el pueblo como sus fuerza protagónica.


Estimadas compañeras y compañeros:

Nos encontramos frente a un reto histórico: continuar una historia marcada por  fracasos  y derrotas más que por victorias relevantes, que explican el atraso del Perú en pleno siglo XXI,  o bien sentamos las bases firmes de una patria y democracia para todos, con oportunidades y justicia social para todos. Una patria que se abra al mundo desde su realidad y sus intereses fundamentales, en lugar de su entrega incondicional al poder del gran capital trasnacional. Nosotros estamos de este lado de la trinchera por una nueva República, una nueva Carta Constitucional, un proyecto nacional, por un gobierno democrático, patriótico, de justicia social y regeneración moral.

Los efectos de la gran crisis que tuvo como epicentro Estados Unidos, permanecen. El FMI se ha visto obligado a reconocer que los países centrales del capitalismo no están a salvo de que se repita la crisis financiera de 2008. La economía de Estados Unidos, Europa y el Japón se encuentra virtualmente estancada, con Estados fuertemente endeudados para salvar a costa de los contribuyentes  el sistema financiero en bancarrota.

El espectro de la crisis griega ronda el sur de Europa. Está en marcha una guerra comercial y cambiara. Mientras el gobierno de Obama  presiona, con el apoyo de la Comunidad Europea,  para la revaluación del yuan, moneda China, el Congreso norteamericano aprueba medidas que gravan con tarifas e impuestos los bienes que importan de Asia.

China e India se han convertido  en la nueva locomotora de la economía mundial. Los cambios que se vienen produciendo en el mundo son espectaculares. En los próximos años se podrán ver mejor sus alcances y consecuencias. Entre tanto, la guerra no cesa, ni el destino de ingentes recursos económicos con ese fin. Sobre Irán pende una nueva amenaza de intervención militar con la participación de Estados Unidos e Israel. También sobre la República Popular Democrática de Corea. Quienes estamos comprometidos con la paz estamos en la obligación de oponernos a ella desnudando sus verdaderas motivaciones económicas y  geoestratégicas.

Un mundo inestable como el actual, donde el imperio más poderoso de la historia humana no está en condiciones de garantizar orden y estabilidad, muestra la urgencia de cambios hacia un nuevo orden mundial.

América Latina tampoco escapa a esta dinámica. La lucha por una Segunda Independencia está a la orden del día en consonancia con la realidad de cada país. Una América Latina y Caribeña unida, soberana, integrada, constituye una necesidad pero también una aspiración creciente de nuestros pueblos. Es hora de dejar de ser el patio trasero de la potencia imperial del Norte, de convertirnos en países soberanos con pueblos libres.

Queremos aprovechar la ocasión para expresar, de manera precisa e inequívoca, nuestra solidaridad con Cuba Socialista, con su gobierno, nuestro aprecio y afecto a Fidel, el sabio estratega que no descansa en su batalla por una nueva humanidad.

Permítasenos un saludo especial al Partido del Trabajo de Corea con ocasión del 65 Aniversario de su fundación.
Un saludo fraterno a los pueblos y gobiernos progresistas de América Latina, a sus líderes. Esta batalla se ha iniciado, y no importa cuáles sean los obstáculos en el camino, seguirán su marcha de gigante, sacando lecciones de su experiencia, aprendiendo a gobernar con eficiencia, sentando las bases de la prosperidad de sus pueblos. 

El socialismo sigue siendo una bandera indispensable para los pueblos del planeta. Errores, desviaciones de distinto orden en su seno, incluso perversiones en algunos casos,  han traído como consecuencia importantes reveses,  descréditos para alimentar el anticomunismo, una sucia ofensiva en el ámbito ideológico y teórico que a confundido a mucha gente. Así es la lucha de clases, también la lucha de los trabajadores y los pueblos, con avances y retrocesos, con momentos de alza y otros a la baja.

No obstante, bien visto el decurso de la humanidad, el socialismo es la única posibilidad, de acuerdo con las circunstancias y condiciones concretas de cada país, y siempre que sus pueblos se alcen a la lucha, de construir una sociedad racionalmente organizada en connivencia con el medio ambiente.

Camaradas militantes, simpatizantes y amigos del Partido:

Nos hemos propuesto construir un partido grande, correcto, influyente en todos los aspectos de la sociedad, con presencia en todos los sectores que componen el pueblo peruano, abierto a lo nuevo, que se innova siempre; un verdadero partido de vanguardia continuando el camino abierto por José Carlos Mariátegui.

No les fallaremos. Las decisiones del VIII Congreso crean las premisas teóricas y prácticas para hacer realidad este objetivo.

Un partido con las características señaladas se encontrará en mejores condiciones para contribuir a la gran unidad del pueblo peruano, en la defensa de los intereses fundamentales, a la democracia, a la Patria. No nos sentimos contentos con lo alcanzado, fruto del esfuerzo de miles de luchadores por esta causa noble y hermosa. Sacando lecciones de la experiencia propia y ajena, recurriendo a una autoevaluación profunda de nuestro accionar, asumiendo con franqueza los errores acumulados pero también reforzando los aciertos, estamos convencidos que los objetivos trazados se harán realidad.

Contamos con una juventud Comunista que se desarrolla con fuerza y está forjando nuevos líderes. Con una generación de cuadros intermedios dispuestos a producir el viraje que necesitamos dar. Pero también con la generación fundadora del Partido que somos hoy, que se prepara para el relevo aportando su experiencia y madurez.

Las 8 grandes políticas que aprobó el VIII Congreso, resumiendo la experiencia histórica del Partido, es una demostración de creatividad, de frescura y de avance. Un partido que se estanca, que se deja envolver por la rutina y el burocratismo, está condenado a perecer. 

Hoy estamos empeñados en el conocimiento profundo de la estrategia y táctica como cuestiones fundamentales de la dirección y conducción científica. También en la formación y capacitación de los cuadros del Partido. Necesitamos volcarnos aun más intensamente a la acción política de acuerdo con la consigna: ¡A las masas, a las bases, a la acción política! Hoy es más importante y urgente que ayer la lucha en el ámbito de las ideas junto a la batalla por recuperar e impulsar las organizaciones de masas, sindicales, juveniles, étnicas, campesinas, culturales.

El futuro nos pertenece. Seamos capaces de construir juntos las victorias que lo hagan realidad. Solos podemos algo. Juntos lo podremos todo.

¡VIVA LA UNIDAD DE LAS IZQUIERDAS, EL NACIONALISMO Y EL PROGRESISMO!¡VIVA LA UNIDAD DE LOS COMUNISTAS!
¡VIVA EL SOCIALISMO!¡CON JOSE CARLOS MARIÁTEGUI, SIEMPRE!

 Lima, 7 de octubre de 2010.

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